jueves, 19 de julio de 2007

COGEDME

Cogedme, cogedme.
Dejadme, dejadme.

Fieras, hombres, sombras.
Soles, flores, mares.

Cogedme.

Dejadme.

MIGUEL HERNÁNDEZ

miércoles, 18 de julio de 2007

LLEGÓ

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

MIGUEL HERNÁNDEZ

martes, 17 de julio de 2007

EN ESTE CAMPO

En este campo
estuvo el mar.

Alguna vez volverá.

Si alguna vez una gota
roza este campo, este campo
siente el recuerdo del mar.

Alguna vez volverá.

lunes, 16 de julio de 2007

LAS DESIERTAS ABARCAS

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuve pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y uso hombres de miel.

Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

MIGUEL HERNÁNDEZ

viernes, 13 de julio de 2007

ESPAÑA ES UN BAR



Me acaba de llegar y no puedo menos que colgarlo del blog... todavía me estoy riendo... real como la vida misma.






¿Alguna vez se han planteado cómo nace un pueblo?.
Pues muy fácil:
Llega un tío a un desierto, pone un bar, y alrededor empiezan a construir
La prueba es que en España hay pueblos sin escuela, sin ayuntamiento, sin farmacia, sin cuartelillo...., pero sin bar...¡ Ni de coña!.
¿Y saben cuál es el motivo?
Que en los bares podemos hacer cosas que no se pueden hacer en casa .

En un bar puedes tirar al suelo las cabezas de las gambas...
Tíralas en casa y verás la que se lía... en el bar tiras las cabezas de las gambas y las tapan con serrín.
¿Qué se cae una cerveza?. ¡La tapan con serrín!
¿Qué se cae un borracho?.¡Lo tapan con serrín! ¡Será por serrín!.
Otra cosa no, pero en un bar hay más serrín que en la tumba de Pinocho.
El bar también sirve para quedar con los colegas. Porque mi casa es tan pequeña que sólo cabemos tres (y sin el móvil),
Y, claro ¿dónde vas a quedar si no? ¿En una ferretería?. ¿En la farmacia? ¿Y que vas a pedir, tres chupitos de Bisolvon y dos lexatines?.
¿O en la Iglesia?..Y eso... que... pensándolo bien... una iglesia es lo más parecido a un bar...Hay un señor detrás de una barra, vino, música, gente... y a veces hay hostias... ¡Y los domingos, a la hora del aperitivo, los dos sitios se ponen hasta el culo.¡
Eso sí, en los bares hay más buen rollito que en la Iglesia...
Porque mientras que en la Iglesia pasa un tío con una panera para que sueltes algo, en el bar discutes por pagar. ¿Dónde más pasa eso?.
En la Comunidad de vecinos?. ¿Se imaginan que discutiéramos por invitar en la Comunidad de Vecinos, por ejemplo?:
-¡Chssst!. La parabólica la pago yo.
-Pero si tú ya pagaste la caldera...
-¡Qué más da!... ¡Si no vamos a salir de pobres!.
Eso sí, en un bar, lo más importante es el camarero. Los camareros se pueden dividir básicamente en dos tipos: el camarero ÁGIL... y el AGIL-ipollado.
El AGIL, según entras por la puerta, te limpia la mesa, te pone una caña y te dice:
-Van dos cero, pierde el Madrid, ha bajado el índice Dow Jones y el político menos valorado es Mayor Oreja ... ¿te pongo una de oreja?
El AGIL-ipollado se reconoce porque parece que esté saliendo de la anestesia: ni te oye, ni te ve. Tú le estás haciendo señas, como si estuvieras aparcando un avión, pero el tío pasa por tu lado sin mirarte,como un médico de la Seguridad Social. Que entras por la mañana,y cuando por fin te hace caso...
A ver. ¿qué va a ser?.
- ¿Que qué va a ser...? ¡Dentro de nada de noche, huevazos!.
Pero donde el bar alcanza la gloria es cuando hay partido. El bar es el TEMPLO DEL FUTBOL.
Antes había unos carteles en los que se leía:
"Estupendos berberechos", "Tenemos nécoras deliciosas".
Ahora no, ahora ponen:
HOY: DEPOR-REAL MADRID..."
Y en todo el día no se habla de otra cosa... Nada más entrar pides una caña y el camarero te dice:
- "Zidane tiene osteopatía de pubis".
Y ésa es la gran diferencia entre el bar y tu casa: nunca se discute por el mando.
En el bar no hay zapping: Si hay partido, se ve el partido; si hay patinaje artístico, se ve el partido; si hay "Informe Semanal", se ve el partido; y si hay peli porno en el Plus... ……..se graba el partido y PUNTO PELOTA .-

EL SILBO DE LAS LIGADURAS

¿Cuándo aeptarás, yegua,
el rigor de la rienda?

¿Cuándo, pájaro pinto,
a picotazo limpio

romperás tiranías
de jaulas y de ligas,

que te hacen imposibles
los vuelos más insignes

y el árbol más oculto
para el amor más puro?

¿Cuándo serás, cometa,
para función de estrella,

libre por fin del hilo
cruel de otro albedrío?

¿Cuándo dejarás, árbol,
de sostener, buey manso,

el yugo que te imponen
climas, raíces, hombres,

para crecer atento
sólo al silbo del cielo?

¿Cuándo, pájaro, yegua,
cuándo, cuándo, cometa,

¡ay!, ¿cuándo, cuándo, árbol?
¡Ay! ¿cuándo, cuándo, cuándo?

Cuando mi cuerpo vague,
¡ay!
asunto ya del aire.

MIGUEL HERNANDEZ

jueves, 12 de julio de 2007

EL SILBO DEL DALE

Dale al aspa, molino,
hasta nevar el trigo.

Dale a la piedra, agua,
hasta ponerla mansa.

Dale al molino, aire,
hasta lo inacabable.

Dale al aire, cabrero,
hasta que silbe tierno.

Dale al cabrero, monte,
hasta dejarle inmóvil.

Dale al monte, lucero,
hasta que se haga cielo.

Dale, Dios, a mi alma
hasta perfeccionarla.

Dale que dale, dale
molino, piedra, aire,
cabrero, monte, astro,
dale que dale largo.

Dale que dale, Dios,
¡ay!
Hasta la perfección.

MIGUEL HERNANDEZ

MIGUEL HERNÁNDEZ


Hola a todos,


Después de estar fuera de combate unos días por una GEA (Gastroenteritis Aguda), compartida por mi señora esposa... cómo es el amor o qué cojones cenamos para estar así. Vuelvo a la actividad bloggera.

Ayer ordenando una estantería y guardando libros ya leídos cuyo destino final será el trastero, no el de la Imaginación de mi amigo Larrey, si no el de la antesala de la basura, localicé un libro que me apetece compartir con todos vosotros y que en adelante leeremos juntos a razón de un poema al día.

Se trata de un antología de Miguel Hernández destinada a los niños, MIGUEL HERNÁNDEZ PARA NIÑOS, Ediciones de la Torre, preparada y prologada por Francisco Esteve.

Curiosamente en el prólogo se nos indica que la mayor parte de las poesías seleccionadas lo han sido del libro "Cancionero y romancero de ausencias" escrito en su mayoría desde la cárcel, después de la guerra civil española. Destaca en el libro la poesía "Nanas de la cebolla" que escribió Miguel Hernández al enterarse, desde la cárcel, que su mujer tenía que alimentarse sólo de pan y cebollas a causa de la necesidad y el hambre que pasaba su familia. Pero como seguro que es una de las poesías más conocidas de este escritor no empezaremos por ella, si no por el principio.

viernes, 6 de julio de 2007

DIFUSION








A todos aquellos que entráis habitualmente en este modesto blog os considero amigos, cibernéticos, pero amigos, así que cumplo con mi obligación y difundo mi deseo.



Piénsalo.

ENCIERRO


Quiero haceros una recomendación cultural siguiendo la estructura de los viernes del blog de mi amigo Larrea (El Trastero de la Imaginación) Hoy comienzan las fiestas de San Fermín. Si no os podéis acercar, como es mi caso, pues a disfrutar de los encierros por la televisión.
Me encantan las fiestas de los toros en general y los encierros en particular. Tienen ese punto de desafío, valor, de peligro, de subidón de adrenalina, incluso si solo eres espectador, que engancha. En mi caso, desgraciadamente, solo he sido espectador en los 34 eneros que llevo en el zurrón. El miedo, sí el miedo. Soy un cagón, lo reconozco, me sé de memoria toda la teoría de la carrera, me he imaginado corriendo todos los que he visto, tengo elegidas los tramos que haría, pero no puedo. Es una espinita que tengo clavada y que algún día sacaremos. A continuación os doy una pequeña reseña histórica y las recomendaciones que yo daría.

Siendo los encierros pamploneses los más famosos del mundo, no son los más antiguos de España. Cuellar, provincia de Segovia tiene ese privilegio el último domingo de agosto. La primera referencia escrita data de 1215 en la que el Obispo de Segovia dicta una serie de artículos que regulan la vida y el comportamiento del clero, siendo el quinto referente a la prohibición de jugar a los dados y de asistir a los “juegos de toros”. Pero la primera regulación escrita es del año 1499, es la Ley XVII de las ordenanzas dadas a la Villa de Cuellar y su Tierra por Francisco Hernández de la Cueva, II Duque de Alburquerque. Que por el daño que se hizieren con los toros quando se encierra non aya manquadras ni otra pena

Si por fin os animáis a correr cualquier encierro de los múltiples de la península, os paso mis recomendaciones:
- Intenta descansar todo lo que puedas la noche anterior
- No comas nada 2 horas antes del encierro. No bebas mucho agua.
- No ingieras alcohol ni estupefacientes, déjalo para después.
- Realiza un buen calentamiento. Los músculos deben estar preparados para un fuerte y tenso esprint y no te puedes permitir el lujo de tener una rotura de fibras delante de la cara del toro.
- Lleva ropa cómoda que permita amplitud de movimientos. Nada de mochilas, ni cámaras, ni móviles.
- El periódico es útil porque por un lado te sirve para calmar los nervios previos con su lectura y por otro llevarlo en la mano te marca la distancia mínima a la que correr delante del toro. Además te puede servir para realizar un quite si lo lanzas a los ojos, te da un segundo de distracción del animal, que puede ser vital.
- Es una obviedad pero sólo debes correr por delante, nunca detrás ni al lado de la manada. Son animales y su comportamiento es imprevisible así que no los toques, no los golpees, no los cites, solo por delante.
- No ocupes los laterales de las calles ni los huecos de las talanqueras para ver mejor el encierro. Son espacios que van a necesitar los corredores para salirse de la cara.
- Sé consciente de tus limitaciones y escoge bien el tramo a correr, teniendo en cuenta la distancia, la amplitud, y las vías de escape. También piensa que los toros son más rápidos al principio, lógicamente y muchísimo más veloces que el humano cuesta arriba.
- Desde donde estés parado esperando debes ver por qué lado de la calle te llegan los toros y entonces comenzar a correr. Sólo lo harás durante unos 200 metros de los que en la cara del toro, o cerca, con suerte serán unos 60 metros y alrededor de 10 segundos. El resto sirve para dejarte alcanzar por la manada, adecuarte a su velocidad, encontrar hueco, cara del toro, buscar hueco de salida, disminuir muy progresivamente la velocidad y salir del recorrido.
- El cuello es fundamental. Como no llevas retrovisores tienes que mirar hacia delante y hacia detrás continuamente. Debes perder de vista al toro lo menos posible.
- Si caes, tápate la cabeza y no te levantes hasta que pase la manada o algún compañero te levante. Como muchísimo puedes reptar hacia los lados. Aquí el peligro no son las cornadas si permaneces tumbado si no los pisotones. Más de humanos que de animales. Los bravos no distinguen una rama de árbol caída de un hombre en el suelo, así que si te ven te saltarán.
- Si por cualquier circunstancia un toro se separa de sus hermanos, sal del recorrido. Es el momento más peligroso de todos los que se pueden dar. El toro tiene miedo y se dedicará a defenderse. Eso queda para los corredores más experimentados.
- Piensa que no vas a tomar el te de las cinco. Es una carrera muy violenta en la que recibirás multitud de empujones y golpes. Actúa en consecuencia y sé siempre solidario con el compañero.

Ahora solo te falta que le eches el valor que a mi me falta y te animes a correr. Si tu caso es el mío pues disfruta del espectáculo. Una última recomendación, el primer día fíjate en algún corredor, por su calva, por su barba, o por su camiseta, si tiene suerte le verás todos los días por la misma zona.

VIVA SAN FERMIN

GORA SAN FERMIN.

miércoles, 4 de julio de 2007

SI

Si me hubieses besado en los labios,
si me hubieras acariciado el cabello,
si hubieras continuado con los besos por el cuello,
si me hubieses mordisqueado los pezones mientras tus dedos explorasen mis pechos,
si hubieras lamido mi torso en dirección a mi sexo,
si me hubieses abierto las piernas para recorrerlas con la lengua,
si hubieras empezado en los tobillos y tu meta fuera mi secreto,
si hubieses llegado a tu destino y disfrutases de su suave rasurado,
que tanta dedicación me llevó,
si hubieras comenzado a trazar círculos alrededor de los labios,
si hubieses franqueado la entrada y sorbido mi clítoris,
hasta endurecerlo,
si lo hubieras chupado, mordisqueado, besado, mamado, succionado,
mientras tus dedos, uno tras otro superasen la segunda puerta,
si hubieses recorrido con la punta de la lengua mi periné,
si me hubieras azotado las nalgas mientras buscabas mi ano,
si lo hubieses humedecido convenientemente,
mientras tus dedos navegasen en mi vagina,
si hubieras hecho todo eso,
te habría acariciado primero y aprisionado después el pelo,
hasta inundarte con mi orgasmo.
Si todo eso hubieses hecho,
ya me sabría de memoria cómo se conjuga el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo


NOTA DEL EDITOR: Añadimos:

y no tendría que pagar al pizzero por sus clases,
todos los jueves a cien euros la sesión.
María

lunes, 2 de julio de 2007

SIMA


Metro a metro avanzo por un camino que desembocará inexorablemente en un profundo abismo. Agujero negro excavado por tus lloros y erosionado con mis lágrimas. Si tuviera fe saltaría y un gran puente con forma de sonrisa se abriría bajo mis pies. Pero me olvidé de reír y esperanza no guardé en el zurrón.