martes, 25 de enero de 2011

DESLOCALIZACION

Esto es la deslocalización.


Nota de prensa de COMFIA-CCOO




COMFIA-CCOO lamenta la decisión de American Express de trasladar su Centro operativo de Madrid a Brighton (Reino Unido) y Buenos Aires (Argentina) y la consiguiente desaparición de 545 puestos de trabajo en su implantación en Madrid. La representación sindical va a mantener reuniones con la Dirección de American Express para tratar sobre la situación de los afectados.

24-01-2011 -
El pasado miércoles la Dirección en España de American Express comunicó a la representación sindical en la empresa (mayoritaria de CC.OO.) la decisión de la Compañía estadounidense de trasladar la actividad de su Centro Operativo en Madrid a Brighton y Buenos Aires. La deslocalización del Centro Operativo de Madrid va a suponer la desaparición de 545 puestos de trabajo.
Según nos ha trasladado la Dirección en España de American Express la deslocalización del Centro Operativo de Madrid obedece a una política de ajuste de costes. La decisión de cerrar el Centro Operativo de Madrid, según la Compañía, se debe a la mayor flexibilidad de mercado de trabajo en Reino Unido y a los bajos costes laborales de la sede de Buenos Aires.
COMFIA-CC.OO. lamenta profundamente la decisión adoptada por American Express y que no se hayan realizado todos los esfuerzos necesarios para mantener el Centro Operativo de Madrid y la pérdida de 545 empleos. En este sentido nuestro sindicato va a dirigirse a la Comunidad de Madrid para solicitar que se interese por este asunto.
Nadie duda de la profesionalidad de los trabajadores y trabajadoras del Centro Operativo de Madrid. Buena prueba de ello son los diversos premios a la excelencia que ha recibido en los últimos años. Por ello, nos resulta sorprendente que los clientes de American Express en España vayan a ser atendidos desde Buenos Aires.
A lo largo de las próximas semanas la representación sindical va a mantener reuniones con la Dirección de American Express en España al objeto de abordar la situación de los 545 trabajadores afectados. En este proceso de negociación COMFIA-CC.OO. va a exigir a la Dirección un tratamiento de la situación de los trabajadores y trabajadoras acorde a una plantilla muy profesional y altamente cualificada.

viernes, 21 de enero de 2011

TENGO GANAS...

... de emborracharme, de llorar, de ir al gimnasio... el orden me da igual, no afecta al producto de las ganas que tengo...

pero sobre todo tengo ganas de... hacerte el amor.

Así que, después de follar, ¿qué te parece que haga? ¿echo hielo al güisqui, saco los pañuelos de papel o levanto una mancuerna?

jueves, 20 de enero de 2011

Un taxista ladrón



Os voy a contar lo que le ha sucedido hoy a mi esposa con un taxi, según lo que me acaba de contar.

Ella tenía que viajar por trabajo a Barcelona, el AVE salía a las 6:30 horas, con lo que ayer solicitó un taxi a la asociación en la que tiene abono su empresa (con lo que no tiene que pagar en efectivo, solo firmar), que llegase a casa, a Rivas, a las 5:50 horas. Un poco pronto me parecía, porque a esas horas y teniendo en cuenta la distancia y la ausencia de tráfico, el recorrido se hace fácil en 15 minutos.

El caso es que llegado el momento, apareció el taxi, unos minutos más tarde de lo establecido marcando el taxímetro 13 euros. Primera sorpresa porque otras veces han llegado con 5 o 6 euros. ¿De dónde vendría? ¿de Madrid? Pues no, resulta que le cuenta que es vecino de Rivas y que empezaba jornada, segunda sorpresa ¿Y cómo coño marca 13 euros? ¿Habrá estado dando vueltas a la manzana? Mal vamos, pensó Sabi.

Avanzan por la carretera de Valencia y el taxi va tan despacio que Sabi le tiene que decir que o acelera o no llega a tomar el Tren. Al final el trayecto duró 25 minutos. Impresionante porque lo he comprobado en http://www.guiarepsol.com/ y el trayecto (a velocidad legal y sin tráfico, que a las 6 de la mañana no hay) dura 16 minutos.

Rivas está en la zona B de tarifa y el límite con Madrid está entre la M-45 y la M-50. Es decir, que entrando dirección Madrid, un poco antes de Santa Eugenia, debería haber cambiado la tarifa a la zona A. Pues no la cambia hasta llegar a la plaza de Conde de Casal.

Además durante el trayecto, la conversación entre el taxista y Sabi, en vez de versar sobre el tiempo o los políticos (lo habitual de un taxi), se centra en lo que piensa su marido, osea yo, de que ella viaje a Barcelona y me deje con los niños. “Mi marido no tiene ningún problema”, contestación cortante y borde para después aguantar el comentario “pues yo a mi mujer le montaría bronca si se marchara así”. Entonces Sabi mosqueadísima le pregunta por los 13 euros que marcaba el taxímetro cuando la recogió, “es que quizás lo he puesto un poco pronto”, “¿un poco pronto? Usted lo ha encendido y ha subido a casa a afeitarse” le contestó Sabi.

Por fin llega a Atocha y resulta que no le funciona la impresora del taxi, que se lo hace a mano. Sabi le tiene que decir “dele al botón y deme el ticket completo, que mi empresa es abonado y no le pago en efectivo” (el taxista lo sabía porque el servicio fue solicitado como abonado).

Al final Sabi le dice “porque no lo pago yo, que lo paga la empresa, pero le aseguro que a mi no me hacía lo que me ha hecho, ni le pagaría los treintaytantos euros hasta que no estuviera delante la policía “ El taxista, ahora sí, se marchó acelerando.

Llegados a este punto, y con el cabreo que tengo porque la hayan timado (aunque no salga de su bolsillo) y encima aguantando comentarios sexistas. ¿Qué puede hacer el usuario de un taxi en una situación así? ¿Esperar a llegar al destino y montar la bronca hasta que aparezca la policía? ¿y luego qué? pagar tienes que pagar ¿o no? ¿dónde presentar una reclamación sobre el comportamiento de este taxista en concreto?

Al final este tipo de comportamientos son los que ensucian y empeñan el trabajo de muchos taxistas honrados que se tiran al volante 15 horas al día. Lo siento por ellos.

martes, 11 de enero de 2011

JA,JA,JA,JA



Una alta ejecutiva se hospeda en un hotel durante
un viaje de trabajo y al sentirse un poco 'SOLA' y
con una sensación de libertad que nunca había
sentido, decidió llamar a una de esas 'empresas de
acompañantes' , que reparten propaganda a la salida
de los aeropuertos.
Si bien los servicios están pensados
principalmente para hombres, entre los papeles que
tenía, encontró a uno que ofrecía literalmente el
servicio masculino y en especial le llamó la
atención, uno llamado 'Ferótico'.
Después de analizar con cuidado la fotografía,
se decidió a llamarlo.
Con el folleto en sus manos -que temblaban y
sudaban por la expectativa- levantó el teléfono y
marcó el número que indicaba el panfleto.


EL: '¡Hola!', contestó un hombre con una sensual
voz.

ELLA: Hablo del hotel Libertador, habitación 421

EL: Si, si

ELLA: Leí el folleto y veo que sabes de masajes y
la verdad es que necesito que vengas a mi habitación
y me des uno urgente ... A decir verdad, necesito
masajes relajantes, casi mimos.... ¡No, espera! en
realidad lo que quiero es sexo. Tengo ganas de
tener una larga sesión de sexo salvaje.
Quiero hacerlo en la cama, en el suelo, en el
balcón, en el pasillo, en la ducha. Quiero
exhibirme, sentirme humillada, que veas lo puta que
soy. Pero ¡ya! Estoy hablando en serio, deseo que dure
toda la noche y estoy dispuesta a participar en
variadas y atípicas cosas ... si algo tiene un
nombre que puedas pronunciar ¡yo quiero hacerlo!
Trae toda clase de elementos, accesorios y juguetes
para que te asegures que me mantendré despierta
¡toooda la noche.....! Quiero que me inmovilices
y que me llenes el cuerpo con lo que quieras, para
después limpiárnoslo uno al otro...con la lengua o
lo que quieras ¿qué te parece? Es más, si
puedes venir con un amigo, ven, que quiero que me
hagan de todo y sentirme dilatada y destrozada. ¿Qué
te parece?

EL: La verdad que suena fantástico... pero,
señora, para hacer llamadas externas primero tiene
que marcar el 0




Dedicado a Elena

lunes, 3 de enero de 2011

DECEPCION


Esta fue la portada de EL PAIS SEMANAL el domingo 19 de diciembre de 2010.
Estuvo en mis manos, pero fui incapaz de abrirlo. Otra decepción periodística.
¿Habrá algún medio periodístico, escrito, oido o visto, que no me acabe decepcionando?

Copio la columna de opinión de la Defensora del Lector de EL PAIS.
Y resalto en negrita aquello que más me llama la atención.


UN NUEVO TRIUNFO PARA BELEN ESTEBAN


Eva Dorado Cuesta, de Móstoles, expresa de forma gráfica los motivos de su queja ante la Defensora: "Estimada señora, con sorpresa he visto este domingo 19 de diciembre la portada de El País Semanal: Belén Esteban. Mi sorpresa se ha convertido en indignación al ver que tenía un reportaje en las páginas centrales. Entonces he hecho lo mismo que cuando enciendo la televisión y únicamente encuentro tertulias de corazón o programas de telerrealidad: cambio de canal o apago la televisión, con más frecuencia esto último. En este caso, y por primera vez en mi vida, he cerrado el suplemento sin leerlo. Sinceramente, ¿no hay nada más importante en este país o en el mundo que merezca la portada del suplemento del domingo?".
Es frecuente que los lectores expresen su opinión discrepante sobre determinadas decisiones editoriales, y en este caso lo han hecho en relación con esa portada. Forma parte de la libertad de crítica a la que tienen derecho. Aun cuando propiamente no planteen ninguna vulneración del Libro de Estilo, la Defensora acoge con respeto estas críticas, pues casi siempre están orientadas a defender la calidad del diario y en todo caso son la expresión de un deseo de participación que lo enriquece.

Entre las cartas recibidas, la de Augusto Klappenbach resume bien los argumentos más repetidos: "Obligarnos a ver en la portada la cara tuneada de Belén Esteban y un largo reportaje sobre este personaje es demasiado. Hacerle publicidad a una mujer que representa lo más mediocre y zafio de la cultura de este país hace pensar que ese periódico ha tomado partido por la telebasura", escribe. "Puedo anticipar la respuesta de quienes escribieron el artículo: se trata de un personaje público que es capaz de conseguir una gran audiencia televisiva y en ese sentido 'es noticia'. Y además el reportaje tiene un tono crítico. Pero bien saben los periodistas que personas como Belén Esteban solo viven de la atención que les otorgan los medios, y ese reportaje contribuye a crear ese modelo vacío. No sugiero, por supuesto, que estos fenómenos deban ocultarse. Pero de ahí a ocupar la portada y unas 12 páginas del periódico más importante de España hay un trecho".

Félix Moral, de Madrid, asegura que EL PAÍS ha sido su referencia informativa durante muchos años y que ha sentido "la absorción de Cuatro por Telecinco y la desaparición de CNN+ como una pérdida personal". Por eso le ha disgustado especialmente el tratamiento dado a Belén Esteban, que considera un "publirreportaje indigno al servicio de Telecinco". También el periodista Curro Cañete ha apelado a la Defensora. En la carta remite al artículo publicado en su blog, en el que argumenta su rechazo.Otros lectores, como Mercedes Tejeira o Juan Torres Blasco, relacionan este tratamiento con el nuevo vínculo empresarial entre PRISA, editora de EL PAÍS, y Telecinco.
En general, las cartas plantean tres tipos de objeciones. En primer lugar, que dedicar una portada y el reportaje central de la revista a las peripecias de esta controvertida figura supone legitimar el modelo de televisión que la ha creado; que EL PAÍS no puede ignorar que lo que buscan quienes se lucran con este tipo de fenómenos es que se hable de ellos, aunque sea mal; finalmente, algunos lectores apuntan un posible conflicto de intereses al relacionar el reportaje con los acuerdos empresariales entre PRISA y Telecinco.

He trasladado estas críticas e inquietudes a Goyo Rodríguez Ramos, subdirector del periódico y responsable de El País Semanal. Esta es su respuesta: "Entendemos la sorpresa de algunos lectores al ver a Belén Esteban en la portada de la revista. Nosotros somos notarios de la realidad. Y este país (también) es así. Nos guste más o nos guste menos, existe Belén Esteban y millones de personas presencian cada semana su exhibicionismo mediático. El País Semanal cuenta unas 500 historias cada año. En 2010, solo una de ellas ha estado dedicada a Belén Esteban y al fenómeno de la neotelevisión (programas que, basados en estudios de audiencia, responden a las supuestas demandas del espectador a base de mezclar todos los formatos existentes)".
"Belén Esteban y lo que representa es un fenómeno único en España", prosigue. "Reúne audiencias millonarias en su cadena; retroalimenta programas con audiencias también millonarias en otros canales; ocupa portadas en las revistas de la llamada prensa rosa; copa la Red (el artículo que le dedicamos fue el más visto durante dos días en la web de El PAÍS y sumó casi 200.000 visitas); capta publicidad con notable éxito; inspira libros y tesis doctorales y es objeto de debate y análisis".
"Pero todavía hay más", añade. "Según diferentes encuestas, se trata de uno de los personajes más conocidos y populares de España. Nosotros ni legitimamos ni condenamos; no decimos si Belén Esteban es buena o mala; no vendemos su personaje como un ejemplo social a imitar ni tampoco como alguien digno de rechazo social. Nosotros, simplemente, construimos un relato. Nos limitamos a poner todas las cartas sobre la mesa, las buenas y las malas. Damos los elementos de juicio y el lector saca sus conclusiones".
Respecto al posible conflicto de intereses, el subdirector responde: "Este reportaje no es una historia promocional de Belén Esteban, y menos aún de la cadena donde trabaja. Este reportaje intenta responder a las preguntas que todos (incluidas las personas que han escrito a la Defensora) tenemos en mente: ¿Por qué una persona sin preparación ha alcanzado unos índices de popularidad sin precedentes en este país? ¿Por qué triunfa este modelo de televisión? Nuestro trabajo es ofrecer respuestas. Y ese domingo intentamos darlas".

Aun cuando las intenciones del diario hayan sido las que relata Goyo Rodríguez Ramos, es preocupante que una parte de los lectores haya podido considerar que se trata de una concesión al sensacionalismo y, lo que es peor, de una portada promocional. Y no solo los lectores han mostrado su perplejidad. También la ha expresado, por ejemplo, el escritor Antonio Muñoz Molina, colaborador del diario, en su blog.

Algunas de las más ilustres figuras de la literatura, el pensamiento o la creación tienen a gala haber aparecido en la portada de El País Semanal. Lo consideran un reconocimiento a sus méritos y es mérito de EL PAÍS haber sabido mantener durante muchos años la línea de exigencia y rigor que ha permitido darle ese valor. Un valor comparable al que los lectores de la prestigiosa revista Time dan a su portada. El hecho de que Belén Esteban consiga audiencias millonarias en programas de telebasura, ¿es mérito suficiente para justificar esa preeminencia informativa? ¿Se resentirá el valor de la portada de El País Semanal por esta concesión?

Ciertamente, Belén Esteban es parte de la realidad. Pero lo que distingue a un medio sensacionalista de uno riguroso es que este nunca pondría en portada las vísceras de los muertos, por muy reales que estas sean. La realidad es la coartada del sensacionalismo, y por eso al televisivo se le denomina telerrealidad. A caballo de artificiosas e interminables polémicas, este sensacionalismo tiende a extenderse como una mancha de aceite que pringa todo lo que alcanza. Por eso es importante, para un medio como EL PAÍS, establecer diques de contención y fronteras nítidas.

Es evidente que el diario puede y debe tratar el fenómeno de la neotelevisión. Pero conviene reflexionar sobre la forma de hacerlo. En el tratamiento sensacionalista, no importa tanto lo que se dice como la forma, pues el objetivo es llamar la atención. La forma es determinante. Por eso no es lo mismo un debate político como los que emitía CNN+ (y sirva este comentario como mi particular homenaje a quienes lo hacían) que uno de esos debates de teletaberna en los que la política es solo la gran coartada para construir un espectáculo. Por eso mismo Gran Hermano no deja de ser un burdo espectáculo, por mucho que se disfrace de experimento sociológico. Las formas son las que marcan la diferencia.

Los lectores pueden dirigirse a la Defensora del Lector al correo electrónico defensora@elpais.es o telefonear al número 913 378 200.