viernes, 11 de mayo de 2007

VENRES


Cielos despejados con alguna nube de evolución. Temperaturas cercanas a los 30 grados y avistando 4 días de asueto. Con estas circunstancias mi yo me obliga a desempolvar el uniforme de verano. A saber, chanclas, bermudas, camiseta de tirantes, gorrilla para no quemarme la coronilla de cura, móvil colgado al cuello y cerveza en mano. Así que aquí se acaba el artículo de hoy, Juanjo el del bar me está esperando con las jarras (nótese que utilizo el plural) heladas.
...


Ja, ja, ja, ya me gustaría... todavía quedan por delante unas horas de jornada laboral. Los últimos kilómetros de la carrera de esta semana. Ha tenido un trazado largo y duro, jalonado de tachuelas de un desnivel considerable que no sin esfuerzo hemos conseguido superar. Ahora queda gozar de las endorfinas generadas en el puente del labrador.
Siempre y cuando nos lo permita la emoción que nos nubla, nos abruma, nos embriaga (y no estoy de broma, que es cierto que lo estoy disfrutando) ante la gran final del I Concurso de Microrrelatos de El Trastero de la Imaginación (visítalo).
Por último, y sin embargo lo más importante, una recomendación a aquellos que salgan a la carretera. Culo apretado y ojos bien abiertos. El miércoles pasamos lista.

2 comentarios:

Caminante dijo...

Soria, Soria, Soria, la he pisado poco, solo estuve en los Picos de Urbión, en el pueblo de Vinuesa, precioso, si te cae cerca visítalo, en la necrópolis de Cuyacabras, lindando con Burgos -Quintanilla de la Sierra, creo que quedaba cerca-, el Cañón del río Lobos es vistoso y así al pronto no recuerdo más.
Un beso PAQUITA

Caminante dijo...

HE COMPROBADO QUE ABEJAR QUEDA CERCA DE VINUESA, con lo que todo lo escrito te queda más o menos cerca. BESOS paquita