Hoy 1 de marzo está convocada una huelga de móviles caídos. Se trata de no utilizar el móvil en todo el día excepto por una situación real de emergencia.
No creo que las empresas de telefonía sufran pérdidas millonarias, y aunque así fuera no lo reconocerían. Ellas subirán el precio del establecimiento de llamada para compensar la obligación de facturar por segundos, hagamos lo que hagamos. Pero no nos podemos desanimar. Secundemos la huelga para que nos oigan para que por una vez la protesta de los usuarios sea noticia en los medios.
No creo que las empresas de telefonía sufran pérdidas millonarias, y aunque así fuera no lo reconocerían. Ellas subirán el precio del establecimiento de llamada para compensar la obligación de facturar por segundos, hagamos lo que hagamos. Pero no nos podemos desanimar. Secundemos la huelga para que nos oigan para que por una vez la protesta de los usuarios sea noticia en los medios.
Hace unos días cuando empezó a correr por los buzones electrónicos la convocatoria de la huelga un amigo me sugirió una idea que apoyo y abundo en ella, la huelga indefinida. No solo un día si no todo el mes y el siguiente y el otro y el otro. Reduzcamos la factura, nuestro bolsillo lo agradecerá. No podemos incidir en el euribor pero sí en las llamadas absurdas que cada día realizamos. Seguro que después de un mes en cuanto veamos que pagamos menos continuaremos con la protesta. Sería la primera vez que una huelga de algo repercute positivamente en nuestra economía.
Tenemos que reconocer que nos han engañado. Son las grandes empresas y multinacionales las que nos manejan a su antojo. Como muestra, un botón, el móvil. Veamos, yo soy el primero que no sale de casa sin el móvil, pero... entonces... ¿cómo podía ser capaz, hace unos años, de pisar la calle sin el dichoso aparatito? Cada vez los niños a más temprana edad tienen móvil propio. Yo no lo tuve hasta los veintitantos y pagados de mi bolsillo, ¿cómo pude sobrevivir hasta entonces? ¿cómo lograron soportarlo mis padres?
Por otra parte los móviles tienen cada vez más funciones añadidas pero ¿son realmente necesarias? Hace relativamente poco acudí a una tienda a renovar mi móvil, había recibido una carta indicándome los puntos que tenía y los fantásticos terminales que me esperaban. La señorita me enseño un aparato con el que podía hacer fotos de calidad profesional, escuchar música, la radio, entrar en internet, leer el correo electrónico, jugar como en una videoconsola... oiga, si quiero llamar ¿a qué botón tengo que darle?
A pesar de todo lo anterior considero que el móvil es un buen invento y su difusión en prácticamente todas las clases sociales es positiva pero, por favor, usémoslo cuando sea necesario y con sentido común.
Por último, estimado lector (disculpe que no le tutee pero llevo pocos escritos) con el dinero que se ahorre el primer mes de secundar la huelga indefinida de móviles, paguese unas cañas... ¡leñe! que el puñetero blog me ha robado me siesta matutina en el metro.
2 comentarios:
CAGOENLÁ! que te quedaste sin el sueño vespertino.
En cuanto al móvil, totalmente de acuerdo, lo tengo fácil, porque no he llegado a hacerme adicta.
Un placer conocerte. PAQUITA
Yo ya hago esa huelga casi todos los meses, tres en este año me han penalizado por bajo consumo. Para mi es una agenda cara.
Publicar un comentario